El cuadro de bicicleta de carbono, de fibra de carbono siendo más concretos, tiene un gran número de ventajas, lo que ha hecho que sea el material más utilizado en bicicletas de competición y de altas gamas o prestaciones elevadas.
La ligereza de la fibra de carbono, su capacidad de absorción de vibraciones y una rigidez especialmente alta, hacen que sea una opción perfecta para ciclistas que buscan un rendimiento muy elevado.
Un buen cuadro de carbono puede durar muchos años conservando muy bien sus propiedades, pero un mantenimiento y cuidados adecuados, con seguridad prolongará la vida útil de este.
Un cuadro de carbono aguanta mucho el trato exhaustivo, incluso en bicicletas de montaña, más que cuadros de aluminio que pueden deformarse más fácilmente, pero puede sufrir fisuras de difícil detección.
Una fisura o rotura tiene hoy en día solución, en Uves bikes llevamos décadas reparando bicicletas fabricadas con diferentes tipos de fibra de carbono. Pero si ponemos cuidado podemos evitar muchos de estos problemas. Por esta razón, creemos que podemos daros algunos buenos consejos en todo lo relacionado con el mantenimiento de este tipo de bicis.
Los mejores consejos para cuidar el cuadro de tu bici
Evita la exposición directa al sol cuando sea posible: cuando no estés sobre la bicicleta intenta no exponerla a la radicación solar. Aunque las bicicletas están pintadas y protegidas, habitualmente, con lacas de calidad, una excesiva exposición terminará por eliminar esta importante protección para el material.
Limpia el cuadro con productos adecuados: actualmente, hay en el mercado productos totalmente respetuosos con el medio ambiente y el material utilizado en la fabricación de bicicletas. En Uves aconsejamos utilizar un producto como el desengrasante y limpiador de X-Sauce, especialmente cuando el material ha sido pintado recientemente. Lo explicamos con detalle en este artículo: Cómo limpiar tu bicicleta sin maltratar su pintura.
Inspecciona tu cuadro aprovechando su limpieza: en la fibra de carbono, los efectos de un golpe severo pueden no ser tan evidentes como en cuadros construidos con metales como el acero y el aluminio. Tendrás que prestar especial atención a cualquier posible fisura, por ejemplo, aprovechando cuando limpias la bicicleta. También, obviamente, inmediatamente después de un desafortunado impacto. No dudes en contactar con nosotros si crees que lo que parece un daño estético puede haber afectado a la estructura del cuadro o la horquilla de tu bici.
Cuidado con posibles roces del cableado de la transmisión y latiguillos de frenos: es increíble lo que el continuado roce de un cableado o unos manguitos pueden llegar a provocar sobre el cuadro o la horquilla de una bici, independientemente del material involucrado en su construcción. Unos protectores transparentes, económicos, pueden proteger perfectamente tu querida bici ante estos posibles daños. Otro problema, relativamente frecuente, es el provocado por bidones que, sin darnos cuenta, van golpeando el cuadro durante la ruta, repetidamente. Asegúrate de ajustar tus portabidones para impedir que el típico bidón que, aunque sea de plástico no es inofensivo, no pueda llegar a tocar los tubos del cuadro de tu bici.
Usa una dinamométrica para ajustar el par de apriete: este consejo es aplicable a toda la tornillería de la bici, pero cobra especial importancia cuando vayas a apretar los tornillos que afectan al cuadro y los componentes como la tija y la potencia. El mismo consejo es válido, para el apriete entre la potencia y un manillar de fibra de carbono. Ten especial cuidado con el apriete de los tornillos que sujetan los portabidones, que requieren un par especialmente bajo. Un ojal de un portabidón es una avería, solucionable, pero que es mejor evitar, siempre.
Utiliza componentes compatibles con el cuadro y sus partes: cada cuadro está diseñado para alojar una serie de componentes. Por ejemplo, hay tijas que pueden ser no compatibles con ciertos cuadros, a pesar de por sus medidas pudieran hacer parecer que sí son compatibles. Lo mismo ocurre con otros componentes como la potencia y la propia horquilla.
Utiliza protectores específicos cuando sea posible: ya hay muchas bicis que, de serie, incorporan protectores (suelen ser de materiales plásticos). Son típicos en bicicletas de montaña, pero también en bicicletas utilizadas más allá de asfalto, como muchas bicis de gravel. En Uves bikes realizamos protectores de carbono, a medida, para salvaguardar muchos modelos de bicis que no los incorporan de serie, o que podrían ser insuficientes. Puedes verlos aquí: https://www.uvesbikes.com/protector-carbono-bicicleta/
Utiliza pasta especial para carbono en los montajes y revisa cada cierto tiempo las uniones y el par de apriete: cuando una de las partes ensambladas sean de carbono, lo indicado es usar una pasta especial para carbono, respetuosa con este material. Esto permitirá una perfecta unión y pares de apriete más bajos sin riesgo de que se aflojen las piezas y, por ejemplo, se baje una tija de carbono durante la marcha. Y cuando tengamos que mover los componentes, podremos hacerlo con facilidad, evitando que pudieran llegar a “soldarse”.
Guarda la bicicleta en el lugar adecuado: otro aspecto, fundamental, para que nuestro cuadro mantenga por muchos años sus mejores condiciones, guardarlo siempre en un lugar seco y fresco, lejos de la humedad y temperaturas extremas.
Mantén la laca y pintura en buen estado: llegará un momento, más o menos tarde dependiendo de la calidad, el mantenimiento, y los cuidados, en el que tu cuadro podría necesitar una nueva capa de pintura y/o laca, que proteja las fibras y resinas del cuadro. De otra forma, el deterioro de la bici sin duda se acelerará de forma evidente.
Utiliza la bicicleta para el uso que fue diseñada: los ingenieros dimensionan cada parte y componente de la bici, en función de su uso previsto. No son iguales los tubos de una bicicleta de descenso, de carbono, que los de una bicicleta de carretera escaladora y extremadamente ligera. De la misma forma, una bici de carretera convencional no está preparada para soportar, de forma continua, los trazados por los que se emplea una bicicleta de gravel. Cuando compres tu bici, deberás tener claro cómo la vas a usar y por dónde vas a ir, si quieres que acompañe durante mucho tiempo.
Revisa la dirección, pedalier y otros rodamientos alojados con frecuencia: un gran enemigo de la fibra de carbono, especialmente cuando se utilizan direcciones y pedalieres integrados, es el deterioro de los rodamientos que aloja. Si un rodamiento está dañado, puede terminar por producir holguras en el carbono, otra de las averías típicas de estas bicicletas. Un exceso de agua sin eliminar puede hacer que, en poco tiempo, los rodamientos sufran, poniendo en peligro al propio cuadro. El agua a presión nunca debería utilizarse sino queremos tener que estar continuamente revisando estas partes.
Evita posibles reparaciones indebidas y no garantizadas: no todas las reparaciones de cuadros de carbono son iguales. Incluso podrían parecerlo, una vez pintadas las bicis, pero solo profesionales con determinadas habilidades pueden hacer que el cuadro recupere todas sus características y propiedades anteriores tras la reparación. En Uves tenemos una inmensa cantidad de cuadros funcionando exactamente igual que antes de ser sometidos a cualquier tipo de reparación. Por eso podemos ofrecer, siempre, una garantía ampliada de hasta 5 años en nuestras reparaciones.
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